Estrategias bacterianas para contrarrestar el estrés causado por frío y/o por congelación-descongelación y panorama de tolerancia de las rizobacterias

Estrategias bacterianas para contrarrestar el estrés causado por frío y/o por congelación-descongelación y panorama de tolerancia de las rizobacterias

Osvaldo Rodríguez-Andrade1 iD, Patricia Bernal2 iD, Rebeca Débora Martínez-Contreras1 iD, Yolanda Ellzabeth Morales-García1,3 iD, Dalia Molina-Romero1,3 iD, Vianey Marín-Cevada1 iD, América Paulina Rivera-Urbalejo1 iD, Jesús Muñoz-Rojas1 * iD

1Laboratorio de Ecología Molecular Microbiana, Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas, Instituto de Ciencias, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Edificio 103 J, Ciudad Universitaria, San Manuel, Puebla, México. C. P. 72570. 2Imperial College London, MRC Centre for Molecular Bacteriology and Infection, Department of Life Sciences, South Kensington Campus, London, United Kingdom. 3Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP, Puebla, México. *ioymerre@yahoo.com.mx

http://doi.org/10.5281/zenodo.5089202

Bajar cita (RIS): Rodríguez-Andrade y cols., 2018 AyTBUAP 3(10): 1-13

Editado por: Martín Pérez-Santos (Dirección de Innovación y Transferencia del Conocimiento, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla)

Fecha de Publicación: 29 de junio de 2018

EOI: https://eoi.citefactor.org/10.11235/BUAP.03.10.01

URI: https://hdl.handle.net/20.500.12371/9255

Referencia: Rodríguez-Andrade O, Bernal P, Martínez-Contreras RD, Morales-García YE, Molina-Romero D, Marín-Cevada V, et al. Estrategias bacterianas para contrarrestar el estrés causado por frío y/o por congelación-descongelación y panorama de tolerancia de las rizobacterias. Alianzas y Tendencias BUAP [Internet]. 2018;3(10):1–13. Available from: https://www.aytbuap.mx/publicaciones#h.sczcuhvyg2lw

RESUMEN

Las bacterias continuamente se enfrentan a condiciones adversas en el medio ambiente, que representan un factor de estrés y que restringen su supervivencia. Entre esos factores se encuentran: la limitación de agua, las fluctuaciones en la temperatura, los valores extremos de pH, elevadas concentraciones de sales, la exposición a radiación ultravioleta, etc. La presente revisión se centra en examinar las estrategias utilizadas por bacterias pertenecientes a diferentes géneros para enfrentar el estrés causado por bajas temperaturas y por ciclos repetidos de congelación-descongelación; condiciones que ocurren con frecuencia en algunos ambientes. Los estudios de tolerancia bacteriana a congelación-descongelación aún son escasos, pero podrían ser de gran relevancia para el incremento de la supervivencia de bacterias promotoras del crecimiento de plantas bajo condiciones extremas de frío.

Palabras clave: Bacterias; congelación-descongelación; estrés por frío; cristales de hielo; crioprotectores.


ABSTRACT

Bacteria continually face adverse conditions in the environment, which represent a stress factor and restrict their survival. These factors include water limitation, temperature fluctuations, extreme pH values, high salt concentrations, exposure to ultraviolet radiation, etc. This review focuses on examining the strategies used by bacteria belonging to different genus to cope with the stress caused by low temperatures and by repeated freeze-thaw cycles; conditions that occur frequently in some environments. Bacterial freeze-thaw tolerance studies are still scarce but could be of great relevance for increasing the survival of plant growth promoting bacteria under extreme cold conditions.

Keywords: Bacteria; freeze-thaw; cold stress; ice crystals; cryoprotectants.

INTRODUCCIÓN

El estrés por congelación-descongelación produce diferentes efectos sobre la célula. Por ejemplo, la fluidez de la membrana se altera y se detienen los procesos de transporte a través de ésta [1]. Bajo condiciones de estrés por frío se produce la inactivación de enzimas y transportadores asociados a la membrana [2], así como también ocurre una disminución en la fluidez de la membrana y la filtración de compuestos en tales condiciones [3]. El daño en la membrana es considerado uno de los efectos más serios causados por frío, debido a que ésta es la primera barrera que separa y a la vez comunica a la célula con su ambiente [2].

Otro efecto que se puede presentar en la célula durante la congelación está relacionado con un aumento en la viscosidad del citoplasma debido al incremento de la concentración de sales, lo que altera el intercambio metabólico [1]. Además, se ha reportado que cuando una célula es expuesta a disminuciones abruptas de la temperatura, se puede presentar una desestabilización en las estructuras secundarias del ADN y el ARN [2] y se pueden debilitar los enlaces hidrofóbicos existentes en las proteínas. La disminución repentina de la temperatura también provoca la inactivación de enzimas alostéricas y ribosomas [1].

En condiciones de baja temperatura, las bacterias pueden tener un crecimiento aletargado y algunas estructuras celulares pueden estar alteradas [3]. Durante la congelación se produce una reducción significativa en la actividad metabólica de las bacterias, hasta que ésta se hace casi imperceptible, aunque suficiente para mantener vivo al microorganismo [1]. Esto puede conducir a la muerte celular, o a un estado de inanición del metabolismo también denominado estado viable no cultivable, donde la expresión génica es virtualmente no detectadle [3]. Cuando la velocidad de enfriamiento es elevada se forman cristales de hielo en el exterior celular [1], disminuye la actividad de agua, se concentran algunos solutos y consecuentemente ocurre la deshidratación celular, produciéndose daños en la membrana y la desnaturalización de proteínas [4].

Los eventos de congelación-descongelación también pueden afectar tanto a la estructura como a la función de las poblaciones microbianas en el suelo [5]. Aparentemente, la viabilidad de las bacterias en el suelo no es disminuida por el estado de inanición inducido por el frío, sino por el proceso de congelación-descongelación [4]. Además, en las comunidades microbianas ocurre una disminución de la respiración microbiana y del contenido de ADN debido a los eventos de congelación-descongelación [6].

Factores generales que influyen en la supervivencia bacteriana a la congelación-descongelación

La supervivencia que una bacteria muestra bajo estrés por congelación-descongelación depende de varios factores bióticos y abióticos (Fig. 1). Por ejemplo, la pérdida de viabilidad es proporcional al número de ciclos de congelación-descongelación que las células experimentan y el tiempo que las células permanecen congeladas generalmente tiene una menor influencia [7]. La fase de crecimiento de un microorganismo también influye en la supervivencia, observando que ésta es mayor en fase estacionaria con respecto a la fase exponencial de crecimiento. Por ejemplo, Listeria monocytogenes F2365 es más sensible en la fase de crecimiento exponencial a los eventos sucesivos de congelación-descongelación [8]. Esta mayor sensibilidad en fase exponencial también ha sido observada para otras bacterias cuando son sometidas a liofilización, donde las bacterias son congeladas antes de someterlas al vacío y pérdida de agua [9, 10]. Además, se ha demostrado que durante la fase estacionaria se presenta una mayor acumulación de solutos compatibles y proteínas de estrés [11], lo que llevaría a una mayor supervivencia en condiciones de estrés.

La supervivencia de algunas cepas de L. monocytogenes, bajo condiciones de estrés por congelación-descongelación, incrementa cuando las células son crecidas en medio de cultivo gelificado con respecto a las células que son crecidas en medio líquido [8]. Además, los cultivos sujetos a pasos de centrifugación y resuspensión tuvieron una mayor criotolerancia con respecto a los cultivos que no fueron tratados. Otros factores que tienen influencia sobre la supervivencia de bacterias a la congelación- descongelación son el estado nutricional de las células y la velocidad de enfriamiento empleada [7]. En la preservación de microorganismos mediante congelación hay varios factores que podrían influir en la eficacia de este proceso, como la especie, el tipo de cepa, el tamaño y la forma de la célula, la fase y la tasa de crecimiento, la composición del medio de cultivo para el crecimiento bacteriano, pH, osmolaridad, aeración, contenido de agua celular, contenido y composición de lípidos en la célula, densidad a la que se lleva a cabo la congelación, composición del medio usado para la congelación, velocidad de enfriamiento, temperatura y duración de almacenamiento, así como las condiciones bajo que se realiza la descongelación [12]. Tales factores deben ser considerados para la preservación efectiva de microorganismos recién aislados y caracterizados, que se desean resguardar [10].

Mecanismos de supervivencia bacteriana en condiciones de estrés por frío y congelación - descongelación

Para hacer frente a condiciones de estrés por frío y congelación-descongelación las bacterias han desarrollado diferentes estrategias que les permiten sobrevivir en los diferentes ambientes. Entre estas estrategias se encuentran la modificación de estructuras celulares, la producción de compuestos que les permiten protegerse, la producción de moléculas estables a bajas temperaturas y modificaciones en el metabolismo (Figura 1). Gran parte de estas estrategias implican cambios a nivel de expresión génica.

Figura 1. Representación esquemática de los efectos del estrés por frío y congelación-descongelación en bacterias (A) y principales estrategias de supervivencia bacteriana bajo estas condiciones de estrés (B). Abreviaturas: IBPs, proteínas de unión a hielo; AFPs, proteínas anticongelantes.

Envoltura celular

La envoltura celular es de vital importancia para la supervivencia de las bacterias en condiciones de estrés por frío y congelación debido a que es la estructura que tiene contacto con el ambiente y de ella dependen muchos de los mecanismos de transporte entre el interior y el exterior de la célula [13]. Es por ello que las modificaciones y el mantenimiento de la integridad de esta estructura son cruciales para que un microorganismo pueda contender en condiciones adversas en su ambiente. Para el caso de Lactobacillus delbrueckii subspecie bulgaricus CFL1, las células resistentes a congelación muestran un contenido más alto de ácidos grasos cíclicos e insaturados, con lo cual se presenta una reducción en la temperatura de transición de fase lipídica en la membrana durante la congelación. De esta manera, un valor bajo cero en la fase de transición lipídica permite el mantenimiento de la membrana en un estado relativamente fluido durante la congelación, lo cual facilita el flujo de agua de la célula [14]. Lactobacillus acidophilus muestra una mayor resistencia a condiciones de congelación y almacenamiento a -20 °C cuando se expone previamente a un estado de inanición de lactosa. Esto es debido a que este estado de inanición produce un incremento en la síntesis de ácidos grasos insaturados, cíclicos y ramificados y consecuentemente una mayor fluidez de la membrana [15].

En Mlcobacterium smegmatis se ha sugerido que la proteína Hlp (histona-like) desempeña una función importante en la resistencia de esta bacteria a condiciones de estrés por congelación- descongelación. La mutación del gen que codifica para esa proteína afecta a la supervivencia bacteriana en condiciones de congelación y de exposición a luz UV, aparentemente por cambios en la composición de la pared celular que perturban la permeabilidad [16].

Crioprotectores

Los compuestos que protegen a las bacterias en condiciones de congelación-descongelación son denominados crioprotectores, entre los cuales destacan los azúcares, aminoácidos, polialcoholes y los polímeros [17]. Los mecanismos de esa protección podrían ser muy variados en función del tipo de molécula, por ejemplo la glicina y algunos disacáridos, aparentemente protegen la integridad de la membrana [12, 18], no obstante el myo-inositol y otros polialcoholes tienen una función reguladora en la homeostasis celular por lo que son denominados osmoprotectores [10]. La protección de algunos compuestos depende de su internalización al citoplasma, por ejemplo, en la mutante de L. acidophilus en el gen treB (Sistema trehalosa-fosfotransferasa; que codifica para el sistema de transporte de trehalosa) se ha demostrado un efecto crioprotector reducido de la trehalosa para las células en estrés por congelación [19]. La mutación en el gen fireC(trehalosa-6-fosfato hidrolasa; que interviene en la degradación intracelular de la trehalosa), también afecta a la protección de este disacárido contra el estrés por congelación [19], lo que refuerza la idea de la importancia de la presencia intracelular de la trehalosa para la protección.

Otros autores sugieren que la participación de compuestos crioprotectores como la trehalosa, el glicerol y el sorbitol favorecen el mantenimiento de algunas actividades enzimáticas [20]. Por ejemplo, en LactobaciHusse ha observado que la actividad de la enzima lactato deshidrogenasa se mantiene, cuando se utilizan azúcares como protectores bajo condiciones de liofilización, a pesar de la disminución en el pH que éstos producen [21].

Proteínas de unión a hielo

Muchos organismos, tales como peces, plantas, hongos, artrópodos y bacterias se protegen de condiciones de congelación mediante la producción de proteínas de unión a hielo (IBPs por sus siglas en inglés), las cuales pueden ser clasificadas en varios tipos: proteínas anticongelantes, proteínas de estructuración de hielo, proteínas de histéresis térmica y proteínas de inhibición de la recristalización del hielo. Estas proteínas tienen la capacidad de unirse a la superficie de los cristales de hielo y evitan que las moléculas de agua se unan para formar estructuras ordenadas. De esta manera, el hielo que crece sobre la superficie del cristal entre las IBPs, producirá una alta curvatura que disminuye la temperatura en la que los cristales de hielo crecen [22].

A partir de bacterias aisladas en la Antártida (a una profundidad de 3519 metros) se ha detectado la presencia de IBPs, las cuales son capaces de influir sobre la estructura física del hielo, inhibiendo la recristalización [23]. Se ha encontrado que, en estas bacterias, la expresión de los genes implicados en la producción de tales proteínas es constitutiva. Las proteínas extracelulares de estos aislados mejoraron considerablemente la supervivencia de Escheríchia co/i sometida a ciclos de congelación- descongelación, por lo que se propone que estas proteínas desempeñan un papel muy importante en la supervivencia de esos aislados en esas condiciones ambientales [23]. Algunas bacterias aisladas en la Antártida tienen la capacidad de producir AFPs (proteínas anticongelantes por sus siglas en inglés). A partir de 866 aislados de lagos de esa zona, se demostró actividad anticongelante en 187, de los cuales, 19 mostraron además inhibición de la recristalización de hielo [24]. Se ha propuesto que las proteínas anticongelantes (AFPs) detienen la formación de los cristales de hielo, sin embrago se conoce poco acerca de su función y cinética de unión a los cristales de hielo. Un estudio ha demostrado que las AFPs se unen de manera irreversible a la superficie del hielo, lo cual ha contribuido a entender como estas proteínas actúan en la interface hielo-agua [25]. Interesantemente, algunas AFPs aisladas de la bacteria antártica Marínomonas primoryensis poseen un dominio adhesina, que se encuentra distribuido uniformemente en la superficie de la célula [26]. Este hecho sugiere que las AFPs pueden tener la función de unir el microorganismo a la superficie del hielo. Se propone que esta interacción célula-hielo es una forma de proteger la bacteria del efecto dañino del hielo o podría funcionar como una respuesta quimiotáctica que la bacteria usa para buscar la superficie de los lagos y así tener un mejor acceso al oxígeno [26].

Las AFPs pueden tener un efecto de crioprotección o crioesterilización sobre células de E. col!, dependiendo de la concentración de esta proteína que es adicionada y de las condiciones usadas para la congelación. Las AFPs tienen un efecto de crioesterilización a una concentración de 100 pg/ml cuando la suspensión bacteriana es congelada y descongelada a presión atmosférica; sin embargo, cuando se utiliza una concentración de 10 pg/ml y condiciones de congelación-descongelación a baja presión se observa un efecto crioprotector [27].

Se ha propuesto que cierto tipo de proteínas denominadas Proteínas de Nucleación del Hielo (INPs por sus siglas en inglés), pueden favorecer que el agua se congele a temperaturas por debajo de 0 oC (temperatura normal de congelación). Pseudomonas boreah's produce una INP que posee plegamientos para formar dímeros (p-hélice). Esta dimerización contribuye a incrementar el área de superficie activa de estas proteínas y de esta forma los sitios de nucleación de hielo se extienden como un continuo a través de todo el dímero [28]. Por otro lado se ha observado que ciertas comunidades bacterianas encontradas sobre las hojas de plantas expuestas a condiciones invernales son resistentes a bajas temperaturas y ciclos repetitivos de congelación-descongelación, interesantemente algunas de esas bacterias poseen actividad de nucleación e inhibición de recristalización de hielo [29].

Polisacáridos

La producción de polisacáridos es importante para potenciar la tolerancia de bacterias a condiciones ambientales adversas que generan estrés. Se ha reportado que una cepa aislada a partir del hielo del mar Antártico, denominada Pseudoalteromonas sp. SM20310, produce un polisacárido con una composición química compleja, que posee un efecto protector ante ciclos repetidos de congelación- descongelación y altas concentraciones de salinidad [30]. Además, cuando este exopolisacárido es adicionado de manera exógena a E coü, la supervivencia de esta bacteria se incrementa bajo condiciones de congelación-descongelación.

Pseudoalteromonas árctica KOPRI 21653, una cepa aislada a partir de sedimentos de la Antártida también produce un exopolisacárido con capacidad de crioprotección, cuyos componentes principales son galactosa y glucosa. Este exopolisacárido incrementó notablemente la supervivencia de E coü sometida a varios ciclos de congelación- descongelación y se ha propuesto que podría desempeñar una función muy importante en la protección de otros microorganismos que viven en condiciones extremas [31].

En varios casos la producción de exopolisacáridos va ligada a la formación de biofilm [32]. Por ejemplo, Erwinia billingiae J10 y Sphingobacteríum kitahiroshimense Y2 que fueron aisladas de la superficie de las hojas de plantas expuestas a bajas temperaturas producen exopolisacáridos y biofilms, bajo estas condiciones [29].

Metabolismo

Algunos estudios han mostrado que en el proceso de adaptación de la célula bacteriana a condiciones de estrés por frío o congelación, se presentan cambios en el metabolismo energético [33]. Por ejemplo, en Psychrobacter cryohaioientis K5 se ha observado un aumento en las concentraciones de ADP y ATP cuando disminuye la temperatura; lo cual puede representar un mecanismo de compensación bioquímica que contribuye a la supervivencia bajo estas condiciones de estrés [34]. Psychrobacter árcticos 273-4 es capaz crecer a -10 °C usando un metabolismo lento en lugar de un estado de dormancia celular; lo cual le permite sobrevivir en ambientes congelados [35].

Los microorganismos del suelo de un bosque boreal mantienen tanto la producción de CO2 (catabolismo) como la síntesis de biomasa (anabolismo) bajo condiciones de congelación [36]. La utilización de sustratos fue adecuada en estas condiciones, sin embargo, se observó una mayor fluidez en la membrana y un incremento en la producción de glicerol.

Algunas estrategias usadas por P. arcticus 273-4 para sobrevivir en condiciones de estrés por frío son la síntesis de proteínas especializadas contra el estrés y el uso de acetato como fuente de energía. En una porción significativa del proteoma de esta bacteria hay un uso reducido de aminoácidos como la prolina y la arginina, lo que conduce a un aumento en la flexibilidad de las proteínas a bajas temperaturas; este uso diferencial de aminoácidos es más común en genes esenciales para el crecimiento y la reproducción de esta bacteria. Estos factores permiten la adaptación de esta bacteria a las bajas temperaturas en suelo del permafrost en la zona de Siberia [37].

Expresión de genes ligados al metabolismo energético

En cultivos de L. monocitogenes sometidos a estrés por congelación (-20 °C) se presentan elevados niveles de expresión de la proteína Flp (ferritin-like), esta proteína tiene una función en la regulación de varios procesos microbiológicos y se sugiere que la regulación de la síntesis de esta proteína puede ocurrir a nivel transcripcional, ya que se observa un incremento considerable en la cantidad de ARNm fíp bajo condiciones de estrés por congelación [38]. Por otro lado, para P. arcticus 273-4 se ha observado una disminución en la expresión de genes relacionados con el metabolismo energético y la incorporación de fuentes de carbono, así como, un aumento en la expresión de genes relacionados con el mantenimiento de la membrana, la pared celular, la síntesis de ácidos nucleicos y el movimiento [35]. Bajo condiciones de temperatura de -6 °C, esta bacteria no aumenta la expresión de chaperonas de ARN o proteínas, sin embargo, se presenta un aumento en la expresión de una helicasa de ARN, denominada CsdA, por lo que se propone que esta proteína de shock por frío es muy importante para la criotolerancia [35].

En condiciones de inanición de lactosa, L. acidophüus responde con un aumento en la expresión de proteínas involucradas en el metabolismo de carbohidratos y metabolismo energético, así como homeostasis de pH. Esto permite que las células estén más preparadas para resistir a los estreses adicionales que se presentan durante el estrés por frío [15].

En algunos análisis metagenómicos de comunidades microbianas de zonas polares, se ha detectado la presencia de genes que codifican proteínas que responden a esas condiciones de estrés ambiental, tales como enzimas para la síntesis de exopolisacáridos, proteínas de shock por frío o enzimas que permiten modificaciones de membrana [39]. La presencia de estos genes sugiere una selección ambiental activa que permite su expresión abundante y adaptación de las células bacterianas a la congelación.

Supervivencia de bacterias rizosféricas bajo condiciones de congelación

Las bacterias rizosféricas son aquellas que se desarrollan en la rizósfera de las plantas y muchas de ellas tienen propiedades benéficas [17, 40]; entre las que destacan la promoción de crecimiento vegetal y la biorremediación de suelos contaminados. El efecto de la congelación- descongelación sobre bacterias aisladas de rizósfera también se ha analizado en algunos trabajos. Por ejemplo, Pseudomonas paucimobiHs, una bacteria aislada de la rizósfera de Bouteloua gracilis H.B.K., tolera sin problema una temperatura de -9 °C en cualquier etapa de crecimiento. Sin embargo un solo ciclo severo de congelación-descongelación (-27 °C a 23 °C) provoca una mortalidad del 40-60% para esta bacteria [41].

La rizobacteria Pseudomonas putida GR12-2 promotora del crecimiento vegetal se aisló originalmente de la rizósfera de plantas que crecen en el Alto Ártico Canadiense. Esta bacteria fue capaz de crecer y promover la elongación de la raíz de cañóla tanto en primavera como de invierno a 5 °C, una temperatura a la que solo un número relativamente pequeño de bacterias pueden proliferar y funcionar [42]. Además, la bacteria sobrevivió a la exposición a temperaturas de congelación (-20 y -50 °C). En un esfuerzo por determinar la base mecánica de este comportamiento, se descubrió que tras el crecimiento a 5 °C, P. putida GR12-2 sintetizó y secretó al medio de crecimiento algunas proteínas con actividad anticongelante.

Aunque se han realizado varios estudios para conocer como los microorganismos de regiones polares sobreviven a temperaturas bajo cero, las comunidades microbianas de suelos que pasan el invierno en áreas expuestas a heladas y frío causado por vientos de deshielos han sido poco estudiados y más aun lo que ocurre en zonas agrícolas. No obstante, con el uso de un criociclador, que permite someter a los suelos a ciclos alternados de congelación-descongelación de forma automática, se ha observado que algunas bacterias como Pseudomonas chlororaphis, disminuyen su viabilidad después de 48 ciclos de congelación-descongelación [4]. El criociclador permite seleccionar bacterias con una tolerancia a congelación-descongelación de más de mil veces lo que soporta en el consorcio original presente en el suelo. Por ejemplo, Chryseobacterium sp. C14 inhibe la recristalización del hielo, una propiedad característica de las proteínas anticongelantes que impide el crecimiento de cristales de hielo grandes y potencialmente dañinos a temperaturas cercanas a la temperatura de fusión [43]. El desarrollo del criociclador permitirá investigaciones futuras sobre las adaptaciones bioquímicas y de la comunidad del suelo a los rigores del medio ambiente por congelación.

PERSPECTIVAS

Las bacterias rizosféricas presentes en plantas que se desarrollan en condiciones extremas de frío son de vital importancia para su buen funcionamiento, ésta es una de las razones por lo que se han iniciado estudios de su diversidad [44]. Conocer las funciones que éstas desempeñan durante la interacción bajo esas condiciones es un reto interesante para resolverse a mediano plazo. Adicionalmente el incremento del conocimiento de bacterias promotoras del crecimiento de plantas en condiciones de bajas temperaturas será transcendental para potenciar la producción de plantas bajo estas condiciones [42]. Sin embargo, los estudios de tolerancia bacteriana a congelación- descongelación aún son escasos. El conocimiento de los factores que intervienen en la supervivencia de bacterias en condiciones de estrés por frío y congelación-descongelación, así como las estrategias utilizadas por los microorganismos para hacer frente a esas condiciones, nos permite entender la función que tienen ciertas moléculas y como las modificaciones celulares han permitido el establecimiento y el crecimiento exitoso de las bacterias que viven en ambientes extremos. Cabe señalar que la mayoría de los trabajos se han enfocado en la búsqueda de estrategias de resistencia a congelación en bacterias de zonas con temperaturas extremas y poco se conoce acerca de estos mecanismos en bacterias que viven en zonas templadas o cálidas, donde estos mecanismos también podrían estar presentes debido a que en etapas antiguas de la Tierra han estado sometidas a fluctuaciones ambientales [45, 46, 47]. El entendimiento de estos procesos también podrá contribuir al desarrollo futuro de nuevos métodos de criopreservación bacteriana y a la mejora de la supervivencia de microorganismos benéficos que podrían ser inoculados en semillas de plantas para su desarrollo en zonas expuestas a disminuciones drásticas de temperatura.

AGRADECIMIENTOS

América Paulina Rivera-Urbalejo pertenece al programa de Posdoctorados de PRODEP-SEP y Osvaldo Rodríguez-Andrade fue becario CONACYT, por lo que agradecemos a dichas instituciones. También agradecemos al M. C. Yagul Pedraza Pérez por el apoyo para la elaboración de la figura de esta revisión. Agradecemos a VIEP-BUAP por el apoyo de proyectos relacionados a estudios de la supervivencia de microorganismos.


CONFLICTO DE INTERESES

Los autores de este trabajo no tienen conflicto de intereses de ningún tipo.

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ISSN: 2594-0627