AyTBUAP 3(12)

Editorial 3(12). Subcontratación de Investigación y Desarrollo: una modalidad de las compañías farmacéuticas

Martín Pérez-Santos* iD

Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, México. *martin.perez@correo.buap.mx

http://doi.org/10.5281/zenodo.5090442

Bajar cita (RIS): Pérez-Santos, 2018 AyTBUAP 3(12): i

Editado por: Jesús Muñoz-Rojas (Instituto de Ciencias, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla)

Fecha de publicación: 31 de diciembre de 2018

EOI: https://eoi.citefactor.org/10.11235/BUAP.03.12

URI: https://hdl.handle.net/20.500.12371/9262

Referencia: Pérez-Santos M. Editorial 3(12). Subcontratación de Investigación y Desarrollo: una modalidad de las compañías farmacéuticas. Alianzas y Tendencias BUAP [Internet]. 2018;3(12):i. Available from: https://www.aytbuap.mx/publicaciones#h.gjknd6j7reol

RESUMEN

Producto de la competencia económica entre ellas, las compañías farmacéuticas han dejado atrás su larga tradición de generar sus propios fármacos, para ahora subcontratar actividades de investigación y desarrollo a organizaciones académicas. Algunas de estas actividades incluyen la validación de blancos farmacéuticos, pruebas de seguridad y eficacia en modelos animales, así como ensayos clínicos en humanos. Actualmente, esta subcontratación ronda en 20 mil millones de dólares y se estima un crecimiento de 45 mil millones de dólares para 2026. Particularmente, esta asociación se ha cristalizado en el área de biofarmacia; un ejemplo de ello es la asociación estratégica entre la farmacéutica AstraZeneca con el Consorcio Académico para el Descubrimiento de Fármacos, el Laboratorio de Biología Molecular del Consejo de Investigación Médica, y el Instituto Cambridge en Investigación de Cáncer del Reino Unido, todos ellos de la Universidad de Cambridge. Pfizer, un líder farmacéutico, no se ha quedado atrás en esta actividad de subcontratar este tipo de actividades, y el establecimiento de sus unidades de investigación y desarrollo en San Francisco y la Jolla California, así como en Cambridge, Massachusetts, son prueba de ello. Otro esquema diferente de asociación estratégica es la llevada a cabo por Bristol-Myers Squibb, quien a través de un intermediario en comercialización de investigación académica, Allied Minds, busca tener acceso a los descubrimientos de fármacos originados en las universidades. De igual manera, GlaxoSmithKline tiene un fuerte vinculo con la Universidad de Leicester, muy similar al llevado a cabo por Actelio y el Centro de Investigación Enamina. La pregunta obligada es ¿por qué las empresas farmacéuticas, en especial las biofarmacéuticas, han iniciado este tipo de colaboraciones con la academia universitaria y de centros de investigación públicos? La respuesta es simple: cuando se trata de crear fármacos tipo blockbuster, la competencia es brutal y la inversión es cuantiosa; si una farmacéutica queda rezagada en el desarrollo de fármacos, tarde o temprano desaparecerá o será absorbida por otra farmacéutica más poderosa. Ante esta situación, y con la riqueza en capital humano mexicano con experiencia en las áreas biofarmacéuticas y salud, cabría fomentar las actividades de subcontratación en investigación y desarrollo dentro de nuestras universidades. Ante el poco interés de las empresas mexicanas en invertir en I+D, ¿valdría la pena que la academia enfocará sus esfuerzos de investigación en subsanar las necesidades de las empresas allende frontera? La mesa esta puesta, tanto para la academia universitaria como para sus oficinas de transferencia de tecnología. Seguramente, esta subcontratación de actividades de I+D no es exclusivo de las farmacéuticas.

Palabras clave: Alianzas; AyT; BUAP; Editorial; Tendencias.


ABSTRACT

As a result of economic competition between them, pharmaceutical companies have left behind their long tradition of generating their own drugs, now outsourcing research and development activities to academic organizations. Some of these activities include the validation of pharmaceutical targets, safety and efficacy tests in animal models, as well as clinical trials in humans. Currently, this outsourcing is around 20 billion dollars and growth of 45 billion dollars is estimated for 2026. Particularly, this association has crystallized in the biopharmacy area; An example of this is the strategic partnership between the pharmaceutical company AstraZeneca with the Academic Consortium for Drug Discovery, the Molecular Biology Laboratory of the Medical Research Council, and the Cambridge Institute for Cancer Research in the United Kingdom, all from the University from Cambridge. Pfizer, a pharmaceutical leader, has not been left behind in this outsourcing activity, and the establishment of its research and development units in San Francisco and La Jolla California, as well as Cambridge, Massachusetts, are proof of this situation. Another different strategic partnership scheme is that carried out by Bristol-Myers Squibb, who, through an academic research marketing intermediary, Allied Minds, seeks access to drug discoveries originating from universities. Similarly, GlaxoSmithKline has a strong link with the University of Leicester, very similar to that carried out by Actelio and the Enamina Research Center. The obligatory question is why have pharmaceutical companies, especially biopharmaceuticals, started this type of collaboration with the university academy and public research centers? The answer is simple: when it comes to creating blockbuster-type drugs, the competition is brutal and the investment is large; If a pharmacist lags behind in drug development, sooner or later it will disappear or be absorbed by a more powerful pharmacist. Given this situation, and with the wealth of Mexican human capital with experience in the biopharmaceutical and health areas, subcontracting activities in research and development should be encouraged within our universities. Given the little interest of Mexican companies in investing in R&D, would it be worthwhile for the academy to focus its research efforts on meeting the needs of companies across the border? The table is set, both for the university academy and for its technology transfer offices. Surely, this subcontracting of R + D activities is not exclusive to pharmaceutical companies.

Keywords: Alliances; AyT; BUAP; Editorial; Trends.

ISSN: 2594-0627